El código abierto es tanto una filosofía de vida como un método de creación de software. Es parte de esta filosofía que todo lo diseñado por la mente humana es mejorable.
La esperanza es un factor determinante. Los que siguen el código abierto no pierden su tiempo preocupándose por lo que no pueden hacer. Toda su energía mental está sincronizada con lo que se puede hacer. Si te gustan que las fuentes sean abiertas, entonces vives en un estado constante de cuestionamiento. No te preocupan las barreras entre los que se espera construir y lo que realmente puede ser construido.
Si entras a cualquier makerspace, te encontrarás con un optimismo contagioso. Podrás ver a las personas jugando con Raspberry Pi, Arduino, máquinas CNC e impresoras 3D. Y observarás que algunos tienen sus mentes muy ocupadas, centradas en el montaje de algo.
¿Qué efecto tiene este estado de ánimo en la salud mental de una persona? Vivir en un estado constante donde existe la esperanza por crear tiene un efecto indirecto en la salud mental. Más allá de eso, el intercambio de ideas que pasa en un makerspace a menudo crea lazos sociales más profundos. Las personas que pasan su tiempo en este tipo de lugares creativos tienen una conexión más profunda con la comunidad, lo que genera un impacto positivo en su salud mental.
¿Y la otra cara de la moneda? El estrés es el gran enemigo independiente de la filosofía.
El código abierto también puede revelar nuevos talentos creativos, ofreciendo otras maneras de desarrollo. Los programas gratuitos como TuxPaint, Inkscape, GIMP, Blender, son de primera categoría y se pueden utilizar de muchas formas por la sociedad, sobre todo para aquellos que tienen dificultades en algunas habilidades. Aquellos talentos innatos que nunca podrían salir a la luz, pueden descubrirse gracias a la filosofía open source.
El software de código abierto puede crear una mayor participación de los estudiantes en el aprendizaje. Su filosofía crea mentes más esperanzadoras y resistentes.
Fuente: Open Source
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