Os recomendamos la lectura de Remix. Cultura de la remezcla y derechos de autor en el entorno digital, de Lawrence Lessig, cofundador de la organización Creative Commons. La tenéis disponible en Icaria Editorial.
La importancia de la cultura remix
La remezcla es collage; proviene de la combinación de elementos de cultura de software libre, y funciona amplificando el sentido creado mediante la referencia para construir algo nuevo. Pero ¿por qué debería alguien preocuparse del florecimiento del remix, o incluso de su existencia? ¿Qué se gana con él, más allá de una simple risa? Y ¿qué gana la sociedad con él, más allá de algunos famosos irritados?
Existen dos beneficios creados por el remix, al menos para nosotros, o para nuestros hijos, al menos ahora. Uno es el beneficio de la comunidad; el otro el de la educación.
Comunidad
Las remezclas se producen en el seno de una comunidad de remezcladores. En la era digital, esa comunidad puede expandirse por todo el mundo. Los miembros de esa comunidad en parte crean los unos para los otros, mostrándose mutuamente cómo saben crear, al igual que hacen los chavales de los monopatines con sus amigos. Esa exhibición es valiosa, aun si el material producido no lo es.
Educación
Un segundo valor de la remezcla se extiende más allá del valor de una comunidad. El remix es también a menudo, una estrategia para provocar el «aprendizaje basado en intereses». Como su nombre sugiere, se trata de un aprendizaje orientado por los intereses encontrados. Cuando consiguen hacer un trabajo que les apasiona, los niños (y, si viene al caso, también los adultos) aprenden más y de modo más eficaz.
Como indica Henry Jenkins: «A muchos adultos les preocupa que sus niños estén ‘copiando’ contenidos mediáticos preexistentes en vez de crear sus propias obras originales». Pero como él responde acertadamente: «Cada vez son más los expertos en alfabetización que reconocen que representar, recitar y apropiarse de elementos de historias preexistentes es una parte valiosa y orgánica del proceso de alfabetización cultural de los niños». Los padres deberían más bien «concebir sus apropiaciones como una suerte de aprendizaje». Los niños aprenden remezclando; es más, aprenden más sobre la forma de expresión que remezclan que si se limitaran a construir directamente esa expresión.
Hacer algo con la cultura, remezclarla, es un modo de aprender.
Foto: Kristina Alexanderson. Texto del libro mencionado.