Cristóbal Cobo menciona en su ensayo “Aprendizaje de código abierto” que el impacto del open source en la educación representa varias ventajas, ya que ha permitido:
1) La disponibilidad de recursos educativos de bajo coste o gratuitos, lo que genera un notable beneficio social y pedagógico para estudiantes y profesores;
2) ahorros significativos en infraestructura tecnológica, en particular para aquellos países con economías más vulnerables, y
3) el impulso de una cultura del libre intercambio de materiales educativos, válido en instituciones de educación básica y superior, así como en centros de investigación científica.
Es innegable que uno de las principales atractivos del software libre es el bajo coste que implica su implementación, y las ventajas que esto puede traer en cuanto a medios educativos de refiere, sobre todo si se trata de educación pública. Sin embargo, esto es no es contundente y aunque resulta importante, también es superficial, dado que esto puede ser fácilmente alcanzable por las empresas de programas privativos. Tenemos el ejemplo de Microsoft que “regala” licencias en entornos universitarios.
Es innegable también que muchas de las instituciones de educación pública tienen instaladas en sus equipos copias no autorizadas del software, y esto, de alguna u otra manera, fomenta en los estudiantes el uso de copias no legales sin reparar que se trata de un delito. Tenemos el ejemplo del estudiante de ingeniería que está obligado a usar AutoCad o MatLab.
La posibilidad de copiar y difundir el software sin recurrir a copias ilegales, es una forma de evitar que la propia institución educativa lleve a sus alumnos y docentes a violar la ley. Suele suceder, además que esto ocurra sin que los docentes, alumnos o familiares vinculados a la escuela tengan siquiera conciencia de que están cometiendo una actividad penada por la ley.
Enseñar con software libre, impulsaría una cultura del libre de intercambio de materiales educativos; promovería el uso de una herramienta legal y protegería a la propia institución y a los estudiantes, de cometer una acción fuera de los estatutos legales sólo por enseñar y usar una herramienta necesaria para el ejercicio profesional.
La cultura de la participación y de la colaboración que promueve el software libre, no sólo resulta beneficiosa al momento de mejorar un programa, sino que también, fomenta en los estudiantes la cultura de la colaboración y de la participación, inculcando la importancia del enriquecimiento del saber humano:
El paradigma del Software Libre invita a que se genere cooperación, colaboración y reconocimiento de las diferencias como una forma de enriquecimiento y fortalecimiento mutuo, valores que deben ser impartidos desde la escuela a los estudiantes de manera que se generen estilos de vida beneficiosos para la sociedad en conjunto. Una cultura orientada a compartir el conocimiento, a abrir canales de intercambio, es una cultura que tiene más posibilidades de crear, de innovar y de crecer, y esto es justamente la filosofía del software libre.
Fuente: Software Libre, herramienta alternativa para la creación visual digital . Tesis de Martha Irene Soria Guzmán. (Contenido Creative Commons).
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