1. Pásalo bien. A nadie le gusta una situación antipática y el juego es la mejor forma de aprender. No tengas miedo de probar cosas o de proponer ideas tontas, podrían llevar a resultados espectaculares. Cuando algo salga mal, documenta los errores, así todo el mundo podrá también aprender de ellos. Las cosas que salen mal son cómicas y el humor genera el mejor de los ambientes.
2. Acaba tus proyectos. Si quieres que la gente use y amplíe tu trabajo será de gran ayuda alcanzar un objetivo específico y completar tu documentación. Los proyectos inacabados difícilmente son asumidos por la sociedad.
3. Tienes que estar preparado para aceptar lo inesperado. Cuando los proyectos colaborativos funcionan mejor es cuando estás predispuesto a que se produzcan resultados inesperados. Si tienes en mente un objetivo y una metodología muy específicos probablemente te irá mejor si pagas a un equipo para que ejecute tus planes.
4. Se empático. Piensa en como la gente percibe el conocimiento que compartes. Qué es lo primero que la gente ve cuando abre tu archivo de CAD, cómo tu secuencia de fotos cuentan una historia clara, qué información es superflua —a veces demasiada información es desinformación-.
5. La documentación es todo. Para que la gente pueda usar y ampliar tu propio trabajo éste tiene que estar accesible. Comparte tus archivos de CAD, las configuraciones de las máquinas, las fotos, las capturas de pantalla y los materiales que has usado.
Sobre la práctica de compartir diseños abiertos (Open Design):
1. Construye una familia. Construye una pequeña red global de socios en los que confíes. Haz un pacto de caballeros para compartir beneficios y tener cuidado mutuo. Los bosques de los gigantes corporativos están haciéndose cada vez más grandes pero queda aún mucho espacio para el sotobosque colaborativo.
2. Pon en juego tu amor y pasión. Ser genuinamente abierto puede ser una gran ventaja. Usa el amor por tu trabajo para seducir y para mantener tu motivación.
3. No tengas miedo a los fantasmas. La ejecución de una idea es la parte más valiosa de un proceso de creación. Compartir tiende a tener consecuencias mucho más positivas de lo que la mayor parte de la gente espera.
4. Deja claras tus intenciones cuando publiques. Es posible hacer negocio y que el uso de tus creaciones genere beneficios a pesar de que las compartas. Explica tus intenciones cuando publiques tus diseños y podrás encontrar socios valiosos para hacer negocios.
5. Vende experiencias en lugar de licencias, historias en lugar de productos. La historia de tu proceso de creación es tu principal fortaleza.
Este post es una de las secciones del libro del Fab Lab de Sevilla: Yes, We Are Open!. Os recomendamos seriamente su lectura.
Fuente: Transcripción de la sección final del vídeo-documental de Jens Dyvik, 2013, Making Living Sharing, disponible en castellano gracias a la traducción de José Pérez de Lama.
Jens Dyvik es uno de las personajes más conocidos de la Fab Lab Network. Es diseñador industrial y parte de su trabajo puede verse en dyvikdesign.com.
Imagen: Maciej Wojnicki.