En una comunidad de código abierto entras porque quieres y sales cuando quieres. La voluntad es importante. A diferencia de otro tipo de comunidades, como por ejemplo la comunidad de propietarios, a la que perteneces lo quieras o no cuando compras una vivienda, las comunidades de código abierto son más parecidas a un club en el que entras y sales por tu propia voluntad.
Suelen crecer en torno a una afinidad, más o menos vinculada al ocio o a la profesión y suelen compartir algún tipo de recurso material o inmaterial, que vendría a ser una especie de acervo de la comunidad (lo que la comunidad tiene entre manos).
Una comunidad de código abierto es una fábrica de libertad y un motor de producción que, aunque no siempre produce para sí (como por ejemplo la comunidad Wikipedia, que no publica para sí sino para todas) siempre, en su formato radical, produce bajo sus propias reglas.
La comunidad de código abierto, y lo que esta produce, es sentida por todos sus miembros como propio. Aunque lo que se produce puede tener una autoría personal clara y reconocida, la resultante de la cooperación multiplica la potencia productiva y esa potencia no es exactamente de nadie en particular.
Para hacer comunidad es necesario que haya comunidad.
Puntos importantes:
- La inteligencia es colectiva
- El conocimiento crece con la cooperación
- El conocimiento debe ser compartido
- Los desarrollos individuales deben ser devueltos a la comunidad
- El conocimiento no se debe privatizar porque privatizarlo es matar la comunidad
- Si tienes comunidad tendrás libertad. O más aún: solo dentro de la comunidad eres libre.
Fuente: Decálogo de prácticas culturales de código abierto v.1.0. Licencia CC BY-SA 3.0.
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