Encontramos las aulas de Ingeniería vacías de mujeres y los portales web sobre informática con pocas intervenciones femeninas. Por eso hemos querido averiguar de dónde viene la extraña relación que vincula la tecnología con los hombres en primer lugar: ¿Siempre han sido los ordenadores para ellos? ¿Realmente estas disciplinas no van con ellas? No nos ha hecho falta irnos muy lejos para descubrirlo:
Cine y publicidad en los 80: Las máquinas son para los hombres
Charles Chaplin, con la torpeza que le caracteriza en el cine, se enfrentó a las máquinas en Tiempos modernos (1936), el largometraje que dirigió y protagonizó reflejando en tono humorístico la producción en cadena. Pero su relación con la tecnología no quedó ahí: años más tarde se reencontró con las máquinas en la pequeña pantalla –esta vez eran un poco más sofisticadas y a escala reducida.
En los 80, IBM quiso mostrar que el ordenador personal o personal computer (PC) no era una herramienta exclusiva para ingenieros o informáticos, sino un hobby como cualquier otro. Y acertadamente, Chaplin fue el candidato para actuar en los spots publicitarios de la marca. Todo el mundo recordaría sus desventuras en la fabricación en serie, ¿quién mejor que un personaje público como él para ilustrar que usar el PC es realmente sencillo? Sin embargo, esa campaña fue una más entre muchas con el mismo denominador: ya fuese una persona de negocios o simplemente alguien que quisiese pasar un buen rato con los videojuegos, el protagonista del discurso narrativo era un hombre.
La informática se acercó al usuario de a pie también a través del cine. Weird Science (La mujer explosiva), Revenge de Nerds (La revancha de los novatos), o War Games (Juegos de guerra) apoyaron el estereotipo del típico chico genio de la informática -a veces torpe, feo y socialmente torpe- que acaba “ganándose” a la chica. Las definiciones de geek y techie culture acabaron de adoptar su acepción hacia lo masculino.
Campaña de spots IBM, con Charles Chaplin
Universidades en los 80: Las mujeres dejan de programar
En 1984, el número de matriculadas en ingenierías disminuyó en Estados Unidos, según cita NPR, un dato que sirve para ilustrar la situación también en Europa. El mismo texto explica la inevitable repercusión del cine y la televisión en la educación de los/las más pequeños/as, que más pronto que tarde orientarán su futuro profesional.
Niños y niñas reciben una educación diferenciada respecto al uso de la tecnología; el Mercado ha posicionado los ordenadores como juguetes distintivos de género. Lo mismo que los bancos de bricolaje o las piezas de construcción por una parte, y los bebés, las muñecas y la vajilla por otro lado. De hecho, los profesores de Ciencias Informáticas de aquellos nacidos en los 80 o principios de los 90 -explica el artículo de NPR- asumieron que sus alumnos habían crecido jugando al ordenador. Pero cuando una niña destacaba por su habilidad para resolver problemas, por ejemplo, se le recomendaba cursar Matemáticas en lugar de una Ingeniería porque, claro, ella no tenía acceso al PC.
Aunque han pasado años desde aquel detonante publicitario que promocionaba el ordenador personal y ahora el uso de la tecnología se promueve prácticamente en todos los ámbitos, todavía quedan resquicios (demasiados) de aquella cultura heredada. Las carreras técnicas llegan solamente al 25% de alumnas y la clave del cambio va más allá del empeño de las Universidades por captar estudiantes.
Compromiso
Desde la Oficina de Software y Hardware Libre de la Universidad Miguel Hernández promovemos la educación infantil en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas a través de proyectos como Escola de frikis. Creemos que ese es el punto de partida para el cambio, un paso que hace falta recorrer para encontrar #7vecesmas mujeres en esas disciplinas.
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